publicado 22 Agosto 2025
Chile bajo la lupa
Distintas señales, de diferente procedencia y fecha, convergen sobre un mismo diagnóstico: el antisemitismo en Chile dejó de ser un fenómeno marginal.Ya en 2022, EE.UU. había sido informado de esta situación por parte de la enviada especial de ese país para Monitorear y Combatir el Antisemitismo, Deborah Lipstadt, quien estuvo en Chile y declaró que “la comunidad judía local se siente muy presionada”, subrayando que “Washington toma muy seriamente el problema”.Tras los ataques del 7 de octubre de 2023, el antisemitismo se convirtió en una emergencia global. “Desde Medio Oriente hasta América Latina, la amenaza se ha extendido y normalizado”, dice Jonathan Greenblatt, director general de la Anti-Defamation League (ADL). Chile no ha quedado al margen de esta tendencia. Si en 2022 Deborah Lipstadt había levantado la alerta, después del 7 de octubre la atención volvió a estar en Chile: Nazila Ghanea, relatora especial de la ONU para la libertad de religión o de creencias emitió en junio pasado una advertencia directa al Presidente Gabriel Boric sobre un “posible aumento” de actos antisemitas en el país, aludiendo a vandalismo, hostigamiento y amenazas dirigidas contra personas e instituciones de la comunidad judía en Chile, vandalización de lugares de culto, confrontaciones e intimidación en recintos religiosos. “La falta de rendición de cuentas sobre amenazas, actos de hostigamiento y vandalismo a sinagogas podrían generar una cultura de impunidad”, aseguró, aludiendo directamente a la necesidad de una acción estatal para proteger a una minoría vulnerable.El diagnóstico fue reforzado la semana pasada por el Informe Anual de Derechos Humanos del Departamento de Estado de EE.UU. (2025), que documenta el aumento de contenido antisemita en redes sociales, protestas con discursos de odio, profanaciones de lugares de culto y grafitis con esvásticas en distintas ciudades del país. El informe subraya, además, que Chile alberga la diáspora palestina más grande fuera de Medio Oriente y que la agenda del gobierno ha sido abiertamente crítica de Israel, factores que elevan la temperatura del debate público tras el 7 de octubre de 2023 y que intensifican su polarización tras la guerra en Gaza.Sin embargo, también han surgido señales favorables. Para enfrentar la inmovilidad de la ley que tipifica la incitación al odio y la violencia (2017)- que busca sancionar conductas que promueven odio por motivos de religión, origen étnico, género, orientación sexual o ideología- en 2023, el Congreso aprobó el Proyecto de Resolución N.º 248, que solicita al presidente designar un “enviado especial” para monitorear y combatir el antisemitismo. La iniciativa contempla además reforzar las medidas de sensibilización y educación, establecer protocolos de denuncia y de conducta para todos los funcionarios públicos, con el fin de resguardar el principio de no discriminación y evitar expresiones antisemitas en los órganos del Estado. Asimismo, insta a que Chile mantenga una postura activa contra el antisemitismo y toda forma de discriminación en coordinación con organismos internacionales.El antisemitismo, presente en Chile desde antes de 2023, se intensificó con la guerra en Gaza y la creciente polarización interna. En este escenario, el país se encuentra en un punto de inflexión que, en otras naciones, ha llevado a la adopción de decisiones trascendentes: condenar el antisemitismo de manera inequívoca, implementar estrategias que involucren a todos los estamentos, fortalecer los sistemas de monitoreo y registro, promover la educación sobre la cultura judía y avanzar hacia una legislación específica contra este fenómeno.Es así como EE.UU. cuenta con una enviada especial para monitorear y combatir el antisemitismo y los países de la Unión Europea han desarrollado una estrategia para enfrentarlo. Sus acciones se centran en la educación, la seguridad de las comunidades y la promoción de la vida judía. En ese marco, la adopción de la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA) ha sido un elemento central para dar respuesta a esta expresión de odio, entendiéndola con un estándar internacional. Considerando la situación que atraviesa nuestro país, sería una señal contundente que Chile decidiera adherir a este organismo que reúne a 35 naciones. Esto permitiría seguir el ejemplo de Argentina, que cuenta con una ley que penaliza el antisemitismo y otras formas de odio, y que adoptó la definición de la IHRA como marco de referencia. En la misma línea, cabe destacar la Ley contra el Antisemitismo promulgada en junio de este año por el Gobierno Provincial de Santa Cruz (Argentina). Si ello va de la mano del proyecto presentado en el Parlamento chileno, podríamos lograr una política pública que sigue ejemplos de países que han tomado acción para combatir este fenómeno, que no solo afecta a los judíos, sino que erosiona los principios de la convivencia y la democracia. El desafío es colectivo, y este es el momento de actuar. Debemos estar informados y unidos para lograr los cambios que nos permitan seguir viviendo en paz en nuestra patria, como lo hemos hecho desde el S. XVI, cuando llegaron los primeros judíos escapando de la Inquisición.“Nunca más” es ahora.